Olimerca.- Quien nos iba a decir a principios de este año, cuando ya teníamos sobre la mesa una cosecha cortísima con un incremento de precios en origen que ha sido del orden del 49%  y el consiguiente traslado al consumidor en torno a un 25%, que el consumo de aceite de oliva envasado se caería tan sólo un 6% de media nacional.

Es una gran noticia porque sin duda pone de manifiesto que el consumidor español sigue siendo fiel al producto estrella de la dieta mediterránea, en cualquiera de sus versiones.

Según los últimos datos de la Asociación Anierac, en el periodo enero a octubre de este año las ventas totales de aceites de oliva se han situado en las 287.973 toneladas, frente a las 311.037 ton del mismo periodo del año anterior; lo que se traduce en una caída del 7,4%.

Curiosamente la modalidad de aceite de oliva intenso ha sido la única que ha aguantado el tirón al alza de los precios y la demanda de ésta se ha incrementado un 7,4%, cuando el resto de las categorías todas ellas sufren recortes en su consumo. Las categorías más dañadas han sido las del oliva suave con una bajada del 11,2%, seguido del virgen extra con un 7,2%.

Frente a estos caídas en la demanda de aceite de oliva nos encontramos que, según los datos de Anierac, las ventas de aceite de orujo se ha incrementado cerca de un 20%, las de aceites de semillas un 13,6%, el aceite de soja un 10,4%, mientras que el aceite de girasol sufre un descenso del consumo del 4,3%.