Olimerca.- El pasado 27 de mayo publicábamos (¿Por qué una doctora americana la arma con el aceite de oliva?) y ante el revuelo despertado en el conjunto del sector español, considerábamos y pedíamos a la comunidad oleícola adoptar una posición de defensa inmediata de un producto tan denostado por esta doctora perteneciente a la UC Davis.

A continuación, reproducimos íntegramente la opinión del prestigioso profesor José J. Gaforio, Director del Centro de Estudios Avanzados en Olivar y Aceites de Oliva (Universidad de Jaén) e investigador responsable del Grupo de Investigación “Inmunobiología Tumoral” (UJA), por su claridad, rigurosidad e iniciativa a la hora de defender el aceite de oliva virgen extra.

Burdo intento para desprestigiar el Aceite de Oliva Virgen Extra

Una profesora de la Universidad de Davis en California, ha publicado hace unos días un post en su blog institucional sobre los aceites de oliva. En principio parece interesante, no obstante, la sorpresa es mayúscula cuando leo el título, que es: “Por qué usted debería rechazar el aceite de oliva”. Me gustaría hacer con usted una lectura crítica de este escrito.
Resaltaré algunas de sus sentencias y sobre las que realizaré mi comentario.

La autora es Rosane Oliveira, Doctora en veterinaria, investigadora y profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad de Davis California. Empieza su artículo con una contundente sentencia: “va a decir la verdad acerca del aceite de oliva”. ¡Parece ser, según ella, que nadie lo había hecho hasta ahora! Lo primero que asegura es que: “el aceite de oliva, como cualquier otro tipo de aceite, es un extracto graso procesado y concentrado y, consecuentemente, ha perdido el valor nutricional que sí está presente en la aceituna”. Sigue diciendo: “Si usted busca algún valor nutricional, debería consumir la aceituna, pero no este irreconocible extracto graso (haciendo referencia al aceite de oliva)”.

Mi comentario: La Dra. Oliveira menciona el término “aceite de oliva”, pero omite hablar de “virgen” o “virgen extra (AOVE)”. Tengo mis dudas si realmente sabe diferenciarlos y cómo se obtienen. Posteriormente, hace mención a lo que ella denomina “regular olive oil”. No conozco esta categoría, se confirman mis sospechas. En cualquier caso, la definición que hace del aceite de oliva es alucinante, hace ver al lector que cualquier aceite procedente de la aceituna se adecúa a la definición que ella expone. Solo me cabe pensar dos cosas: o no tiene ni idea de las distintas categorías o, conscientemente quiere confundir al lector. Ambas opciones no son excluyentes e igual de preocupantes.

La Dra. Oliveira asegura: “el aceite de oliva, como todas las grasas, ya sean de origen animal o vegetal, dañan las arterias”. En este momento, específicamente declara que “también el AOVE daña las arterias”.

Mi comentario: en ningún momento cita estudios representativos que sustenten sus aseveraciones. Yo les confirmo que hay centenares que contradicen lo que la Dra. Oliveira expone. Si ella asegura que los efectos sobre la salud arterial de todas las grasas, tanto las de origen animal como vegetal, son lo mismo de perjudiciales, el problema es mayor, no solo no conoce qué es un AOVE, es que no conoce nada de grasas, ni de salud arterial. Me sigo cuestionando: ¿es desconocimiento o quiere confundir conscientemente?

Más adelante, la Dra. Oliveira hace mención al estudio PREDIMED y, lo que llega a asegurar sobre él, clama al cielo. Asegura que: “se les hace ingerir a los participantes ¡un litro de AOVE a la semana!”. Igualmente asevera que el estudio concluye que “no hay diferencias significativas que nos induzcan a pensar que el AOVE sea saludable para nuestro sistema cardiovascular”.

Mi comentario: voy a intentar serenar mi ánimo y ponerme en modo zen antes de dar mi opinión. ¡Creo que no se ha leído el artículo! Si se lo ha leído, tiene un problema para entender el idioma en el que está escrito, el inglés. Si consideramos que es profesora de una universidad de California, estoy seguro que este no es el caso. ¿Entonces? O no comprende el estudio realizado o quiere sembrar la confusión. ¡Lo de un litro a la semana es de traca! ¡Las conclusiones del estudio son muy claras y está publicado en la revista de medicina de mayor prestigio internacional! (ver artículo).

La Dra. Oliveira dice que “el aceite de oliva contribuye a la aparición de la aterosclerosis”.

Mi comentario: Pues en este momento casi les diría, “SIN COMENTARIOS”. La comunidad científica va por un sitio y ella por otro, ¿todos están equivocados excepto ella? Como antes, no cita estudios científicos representativos que confirmen su aseveración.

Para finalizar, la Dra. Oliveira dice textualmente: “la amarga verdad es que, entre el 14 y el 17% del aceite de oliva es grasa saturada, que obstruye las arterias y que es casi tan agresiva en la promoción de las enfermedades del corazón como la grasa saturada de la carne asada”.

Mi comentario: definitivamente creo que no sabe de lo que habla y, además, tiene la intención de confundir e intoxicar. Lo preocupante de todo esto es que, como la propia Dra. Oliveira dice en su perfil profesional, “se dedica a educar a la gente sobre cómo los alimentos y el estilo de vida pueden afectar a su salud”.