Olimerca.- El pasado 2 de agosto falleció en la localidad cordobesa de Montilla Ladislao Padillo Delgado, un profesional que ha dejado tras de sí un importante legado de desarrollo tecnológico tanto en el sector del vino como del aceite de oliva.

Padillo inicia su andadura empresarial allá por los años 60, en un pequeños taller de reparaciones electromecánicas en el que daba servicios de bobinados de motores a la escasa industria de la zona. Con el auge del sector del vino de su Montilla natal, se especializa en la industria vinícola llegando a representar para la zona a importantes fabricantes de maquinaria. En aquellos años ya realiza los primeros automatismos de bodegas de vino.

Pero como emprendedor inconformista y visionario pronto descubre el enorme potencial del sector oleícola y es en este en el que desarrolla grandes proyectos innovadores en el campo de la automatización y el pesaje industrial, siempre buscando las más altas cotas de calidad en los trabajos realizados. Proyectos, tanto nacionales como internacionales, que aún hoy permanecen dando servicio en multitud de industrias como el primer día y que supusieron reconocimientos en las distintas ediciones de EXPOLIVA o La Feria del Olivo de Montoro.

Como anécdota y evidencia de su espíritu innovador que le llegó a ir por delante de su tiempo, allá por el año 1994 solicita a la actual VEIASA iniciar el procedimiento necesario para homologar las pesadoras de aceituna que por entonces ya fabricaba. En aquel año aún faltaban 12 años para que apareciera una norma que regulara este tipo de instrumentos de pesaje. El destino ha querido que justo 20 años después de esa solicitud, la empresa que lleva su nombre sea pionera en esta materia de Metrología Legal.