Olimerca.-  Los tradicionales dientes de sierra que se viven todos los años en el mercado del aceite de oliva se están viendo de nuevo en el mercado español. Y en esta ocasión, el nuevo repunte de los precios que se ha producido esta semana ha venido de la mano de dos detonantes: las mayores compras de aceites de oliva por parte de empresas italianas, de las que ya hablamos la semana anterior y las prácticas especulativas de algunos operadores, que intentan hacer su negocio a costa de otros que son los que sufren las consecuencias.

Estamos a escasos cuatro meses del inicio de la nueva cosecha, con los olivos en plena floración y a punto de conocer los nuevos balances de la AICA respecto al comportamiento de las salidas del mes de mayo. Todos estos elementos están incidiendo en el comportamiento de la oferta de las almazaras y de la demanda por parte de la industria envasadora, que en estos siete últimos días se ha mostrado muy cauta a la hora de formalizar nuevos contratos.

Sin duda que los grandes operadores no están dispuestos a volver a arriesgar en nuevas compras de grandes partidas, si tal y como parece, todo apunta a que habrá una magnífica cosecha y con ella los precios podrían sufrir algunas bajadas en las próximas semanas. Pero por el contrario, la oferta sigue defendiendo sus bodegas con el argumento de que las salidas de aceite en mayo podrían volver a rozar las 120.000 toneladas, lo que sin duda podría significar un enlace entre cosechas muy ajustado.

Ante una campaña como la actual dominada por la gran calidad de los aceites de oliva virgen y extra, es de destacar que a estas alturas del año escasean los aceites lampantes y vírgenes para envasar. Y es precisamente en estas dos categorías donde se produce una mayor tensión en los precios, con lo que el diferencial de cotizaciones se estrecha de manera importante frente al virgen extra,  perjudicando de manera importante a los aceites de mayor calidad.
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