Olimerca.- Me refiero al hecho de introducir el término “defecto” en la definición de una categoría tan extraordinaria como es el Aceite de Oliva Virgen.

¿Alguien se ha parado a analizar que pueden pensar los consumidores de los nuevos mercados si le ofrecemos un producto que es “defectuoso”? Porque todos sabemos que en ocasiones a todo el mundo no le gusta el virgen extra, precisamente por su falta de conocimiento y hábito de consumir productos que pueden amargar y picar.

A mi modo de ver, la solución para quienes envasan, viven y nos permiten vivir de la comercialización de nuestros aceites de oliva es envasar un “extra” que le guste al mayor número de consumidores posible, que es lo que casi únicamente demandan, y que muchas veces “está en el filo de la navaja de la normativa”.

¿Cómo se soluciona este irregular posicionamiento? Una de las soluciones pasaría por redefinir el término aceite de oliva virgen eliminando la palabra “defecto”. En este sentido muchos expertos opinan que va a ser muy difícil hacer que el consumidor demande Virgen, que es lo que mayoritariamente le gusta, cuando le bombardean con la idea de que lo mejor de lo mejor es el Extra.

Y llegados a este punto aparece la idea de crear una nueva categoría Premium para dar cabida a aquellos proyectos de calidad que apuestan por los extras intensos, aunque de momento su consumo sea minoritario, y dejar el Extra actual para darle salida a lo que hoy busca el consumidor de forma mayoritaria: Un aceite virgen si defectos y que le guste.

Legalmente ¿cómo se podría hacer? Basándonos en el Panel Test como herramienta imprescindible hoy por hoy, exigiríamos al Premium una intensidad de frutado alta y un adecuado equilibrio organoléptico, y para el Extra actual, al igual que se contempló esa poco comprensible explicación “técnica” de incluir la incertidumbre en la intensidad del defecto mayoritario para pasarla de 2.5 a 3.5, debería contemplarse también para el valor “0”, que limita el extra del virgen, y poder admitir una incertidumbre, y por tanto ausencia de sanción, desde ese 0 a casi el 1.5.

Esto podría eliminar una frecuente casuística de sanciones y diferencias de clasificación entre extras y vírgenes, admitiendo esa imprecisión en la detección inequívoca de muy ligeros defectos.