Olimerca.- ¿Cómo valora la evolución del cultivo del olivar en todo el mundo?

Juan Vilar.- Durante los once últimos años se ha producido una expansión en la superficie olivarera mundial de más de 1,4 millones de hectáreas, aproximadamente 130  mil hectáreas por ejercicio, y se han pasado de 37 a 47 países productores. En términos relativos la evolución positiva representa casi un 15 por ciento de crecimiento, ha supuesto más del 1 por ciento de media por campaña. 

Si se atiende a países, en los últimos 11 años los que más han evolucionado en cuanto a implantación de nuevas explotaciones han sido Portugal, Chile, Turquía y Marruecos, la suma total de hectáreas plantadas en estos años casi alcanza las 600 mil de manera conjunta, ello supone más del  5 por ciento de la superfie mundial existente.   

Olimerca.- ¿Qué amenazas puede suponer a España esta explosión del cultivo en todo el mundo?

Juan Vilar.- Cuando se evalua un sector, actividad o negocio, son diversos los aspectos a tener en cuenta. En primer término debemos analizar cuales son las oportunidades que puede suponer para nuestro país; pues España posee muy posiblemente las almazaras tecnológicamente más avanzadas de globo, aceites de oliva vírgenes de extrema calidad, y en los últimos años la evolución ha sido espectacular y contamos con explotaciones especialmente productivas, entre otros factores.

No obstante, la amenaza que sí que existe no proviene de fuera, sino que se encuentra en la idiosincrasia, naturaleza y circunstancias que rodea a la mayor parte de nuestros olivares que, ante una caída de precios, como ha quedado probado por distintas instituciones e investigadores, dejan de ser competitivos tratándose de un problema estructural que a veces olvidamos, y dejamos de prestar la atención merecida cuando se produce momentos de repunte de precios tanto a nivel nacional como internacionalmente.  

Olimerca.- ¿Podría sobrevivir el sector del aceite de oliva español si desaparecen las ayudas actuales?

Juan Vilar.- En la actualidad la estructura de gastos e ingresos de la mayor parte del olivar español se rige por una serie de pautas que incluyen un ingreso distinto a la explotación, pero que por supuesto, sí que de forma definitiva engrosa la renta neta de los olivicultores, especialmente los tradicionales.

En un hipotético escenario de ausencia de ayudas, por supuesto que el olivar tradicional español sufriría una transformación, dicho cambio debiera de estar orientado en dos ámbitos contrapuestos:

a)    la reducción de costes (estrategias de integración, cooperación, intensificación, optimización, etc.
b)    y la mejora de márgenes vía precio (herramientas de diferenciación, singularización, innovación en el ámbito del producto que generen mayor valor añadido, diversificación, descategorización comercial, etc.), toda causalidad llevaría aparejada una serie de efectos, y por consiguiente una obligada transformación.

No obstante en mi modesta opinión el diseño y desarrollo de estas estrategias deberían de ser abordadas independientemente del contexto o escenario de ayudas si o no.  Hay que tener en cuenta que conforme se incrementa el nivel de intensificación del cultivo, de forma gradual, desciende la vulnerabilidad frente a la falta de estabilidad del precio de los mercados; y por desgracia gran parte de los olivares españoles carecen de estos necesarios grados de intensificación.   

Olimerca.-  Podrían los nuevos países superar a Italia en producción de aceite de oliva, sobre todo si tenemos en cuenta el gran daño que está haciendo la Xylella Fastidiosa en el sur del país.

Juan Vilar.- Túnez, Siria (si la estabilidad política lo permite), Marruecos y Turquía serían los potenciales países que podrían competir con las producciones de Italia y Grecia. De hecho, los crecimientos productivos (sobre todo de Túnez y Siria) durante los últimos años han oscilado desde el 15 al 57 por ciento, mientras que tanto Italia, como Grecia en ambos casos descendieron productivamente en el citado periodo. No obstante, y aunque tanto Marruecos como Túnez y Turquía cuentan con planes estratégicos de intensificación y expansión,  existe una baja productividad y competitividad, por lo que es improvable que en un corto periodo de tiempo superen las producciones de nuestros países vecinos.

Olimerca.- ¿Qué valoración nos hace sobre el cultivo del olivar en Sudámerica?

Juan Vilar.- Argentina, con una oferta productora de aceitede oliva del 1 por ciento a niviel mundial, se sitúa entre los 11 primeros países. Se trata del mayor productor de aceite de oliva del continente americano, aunque cabe mencionar que el sector necesita de una mayor apuesta por parte de los estamentos gubernamentales que permitan la expansión del cultivo, facilite herramientas y favorezca contextos razonables para el desempeño de actividades, además de potenciar la comercialización.

No osbtante, hay que reconocer la importante labor de emprendimiento del sector y que ha conseguido posicionar este producto de manera importante en el continente.

Olimerca.- ¿Cómo puede afectar las distintas reglamentaciones del COI y Estados Unidos a la hora de la comercialización?

Juan Vilar.- El hecho de que el mercado de Estados Unidos no se ajuste a las normas COI es un problema que sin duda afectará a la comercialización de todo el aceite de oliva de cualquier país.  Por ello, es extremadamente urgente la necesidad de una coordinación y consenso entre todos los operadores que manifiestan su actividad como productores en este sector a nivel internacional.

Las estretegias de escisión solo traen una debilitación de la demanda a medio plazo por dos razones fundamentales: la primera, porque siempre la degradación competitiva (aunque se practique de forma involuntaria) como estrategia comercial es inadeacuada, toda diferenciación siempre ha de ser positiva e incremental;  y la segunda, porque la disgregación de mercados y la creación de compartimentos estancos paralelos, perjudican tanto a oferentes como a demandantes y generan desconcierto en los mercados que a medio plazo de forma inevitable se traspasan a los precios.

Por tanto es necesario ese consenso, que a buen seguro a medio plazo no solo surgirá, sino que será definitivo en la homogeneización de condiciones comerciales internacionales inherentes a dicho producto.