Olimerca.- ¿Cómo está afrontando el sector exportador la campaña actual?

José Pont.-  La campaña actual, como puede suponer, la están afrontando las empresas exportadoras con muchas dificultades. Veníamos de una campaña récord de producción en España acompañada de una caída en otros países de la cuenca del mediterráneo; además tuvimos unos precios acordes y sostenidos lo que nos permitió alcanzar niveles de exportaciones récord de casi un millón de toneladas.

En cambio, hemos entrado en una nueva campaña con un escenario totalmente distinto: España no tiene aceite de oliva y los otros países competidores si, como es el caso de Túnez.

Así, el sector exportador sufre todos los años los bandazos que experimenta este mercado y eso es preocupante, ya que de esta forma es muy difícil construir mercados a largo plazo.

Olimerca.- ¿Cómo están trasladando el incremento de precios en origen?

José Pont.- La situación de esta campaña es terrible con un incremento de precios que se arrastra desde junio del 2014. ¿Cómo podemos construir un producto de consumo a nivel mundial con incrementos de precio en origen de un 30 o 40 por ciento? Parece que nadie se da cuenta que ni la distribución agroalimentaria ni el consumidor lo asumen fácilmente y en consecuencia esta inestabilidad provoca recesión en el consumo de manera inmediata, y que luego nos resulta tan difícil recuperar. Nos empeñamos en graduar los precios, la oferta y la demanda año tras año en base a las producciones y poco más; pero en mi opinión  el conjunto del sector debería de poner en marcha estrategias con la mirada puesta en el largo plazo que nos permitan consolidarnos en los mercados y ganar nuevas cuotas en mercados emergentes.

Olimerca.-  Y a pesar del incremento de costes ¿cómo han conseguido mantener las ventas?

José Pont.- Tanto las empresas exportadoras como las que comercializan en el mercado interior han estado realizando en los últimos años un gran esfuerzo por mantener un cierto equilibrio en los precios.  Pero la situación se ha vuelto insostenible en un mercado interior con ventas a pérdida, que no están repercutidas en los costes. Esto es un gran error a largo plazo, tarde o temprano tendrán que repercutirse los costes sobre los precios.

En la actualidad se están produciendo “salidas artificiales” de producto a través de ventas a pérdidas. Si no fuera así, ya se habría producido una contracción del consumo.

Pero no todo son malas noticias. La paridad dólar/euro nos está ayudando muchísimo y el mercado americano está siendo un factor dinamizador; sin olvidar que hay un gran mercado que se mueve con el dólar que está incrementando su consumo.

Olimeca.- Hablando del mercado americano, ¿qué repercusión puede tener la nueva legislación en California?

José Pont.- Aunque de momento las normas aprobadas en California afectan sólo a los aceites de oliva que se producen y comercializan en ese Estado, desde la perspectiva de los principales países productores y exportadores se considera que el hecho de que Estados Unidos tenga sus propias normas para valorizar y catalogar los aceites de oliva es muy perjudicial.

La solución a este posible conflicto pasaría sin duda porque Estados Unidos se integrara como país miembro del Consejo Oleícola Internacional y aceptara las normas que hoy rigen la gran mayoría de los países productores. Esta es la gran asignatura pendiente.

No puede ser que un mercado de 300.000 toneladas como es el de Estados Unidos, el tercer mercado del mundo por consumo después de España e Italia, esté fuera del COI y establezca sus propias normas. De este modo no podemos entendernos y nos perjudicamos todos.

Hay que trabajar para que Estados Unidos entre en el COI y ahora es el gran momento porque nos encontramos inmersos en el proceso negociador entre Bruselas y Washington para realizar un “desarme arancelario”. Me consta que hay sectores en los que se está consiguiendo, como el del automóvil. Y si en un mercado tan complejo se están poniendo de acuerdo, por qué no lo vamos a lograr en el aceite de oliva.


Olimerca.-  ¿Puede España incrementar sus ventas de aceite de oliva envasado?

José Pont.- Sin lugar a dudas, lo ideal sería ganar dimensión en el mercado de los aceites de oliva envasado con marcas propias (no marcas blancas) y lo que muchas empresas quisieran. Pero tradicionalmente en España ha existido siempre una política de volumen y no de valor y eso no ha cambiado, y por ello seguimos malvendiendo.

En estos momentos, se puede decir que una buena parte del olivar andaluz se sostiene gracias a las compras a granel por parte de los operadores italianos. Ellos fueron los que empezaron comprando nuestros graneles y luego dieron el paso de vender sus productos con marca propia, consolidándose en los mercados exteriores.  Además producían calidad cuando nosotros aún estábamos muy lejos. Eso no podemos olvidarlo.

Italia empezó a exportar aceite a principios del siglo XX y en aquel entonces se vendía únicamente en los países donde había emigrantes italianos: Europa del Norte, Estados Unidos y Australia, que eran los países emergentes en ese momento. Pero Italia consolidó estos mercados hace más de cien años, en el momento en el que aquí sólo se producían lampantes.

Afortunadamente, desde que España entró en la Unión Europea e hizo los deberes mejor que Italia hemos comenzado a despegar en todos los mercados. Por eso, en los países que son emergentes hoy (Brasil, Rusia, China, India, Sudáfrica…) España vende más que Italia;  sin olvidar que los países que fueron emergentes hace un siglo sigue vendiendo más aceite de oliva italiano, porque sus operadores están mejor posicionados con sus marcas.

Olimerca.- ¿Qué nos frena en la apuesta por el envasado?

José Pont.- El freno que presenta la apuesta por la comercialización del envasado es que hablamos de una manera distinta de trabajar. Apostar por el envasado hay que hacerlo pensando en el valor, en calidad, en marketing y no tanto en volumen y cantidades… La empresa que apuesta por el envasado apuesta por una estructura comercial, otro perfil de equipos y personas; en definitiva, otra manera de trabajar. Sin duda que aventurarse en el envasado es mucho más arriesgado y el listón mucho más alto porque tienes que invertir permanentemente, y es en ese punto donde las empresas y sus directivos encuentran el freno al encontrar en la venta de los graneles la forma más rápida de dar salida a sus producciones.

Olimerca.- ¿Cómo está el debate acerca del Panel Test?

José Pont.- El debate del panel test es una cuestión en la que no es fácil alcanzar un consenso en el sector. No estamos en contra del panel test, sino de la manera en que se implementa, ya que se aplica cuando no tenemos las variables bajo nuestro control. Por ello los industriales envasadores coincidimos en señalar que nos aporta una enorme inseguridad jurídica.

Porque a nadie se le escapa que al aceite de oliva le afectan de manera muy importante las condiciones de luz, calor, humedad, etc dónde se sitúe o como se almacene en el supermercado  y eso no lo podemos controlar, por lo que nos genera mucha inseguridad.

Ningún industrial pone en tela de juicio los análisis físico-químicos, por extremados, exigentes o complicados que sean. Me parece bien que el panel test sea un marchamo de calidad, un complemento, y que se realice en la fábrica, cuando podemos controlar las diferentes variables. Pero en el momento en que el aceite sale de la fábrica el industrial ya no puede saber qué ocurre. Además, no hay unanimidad en el panel, es completamente subjetivo. Pero nuestra postura es constructiva: queremos buscar una manera de poder utilizar el panel manteniendo la seguridad jurídica.

Esta entrevista es un extracto de la que será publicada en nuestro próximo número 12 de la revista Olimerca