Olimerca.- Aunque en el olivar y en la elaboración del aceite de oliva virgen en nuestro país han sido muchas las cosas que han cambiado, y sobre todo para bien, en el ámbito de la distribución comercial llevamos años y años asistiendo a un escenario donde el aceite de oliva sigue siendo el protagonista de una película como producto reclamo, que se banaliza a la mínima y que vale tanto para un “roto como para un descosido”.

Los intereses particulares de las cadenas de distribución y la competencia entre ellas para ganar clientes son algunos de los factores claves para que productos como el aceite de oliva o la leche estén casi todos los días en las cabeceras de góndola al precio que dicen ellos “más competitivo”, sin importarles si con ello confunden al consumidor, pierde el industrial envasador o se arruina el olivarero.

Bajo el paraguas de ofrecer “el mejor producto al mejor precio” a sus consumidores en los últimos días nos hemos encontrado con ofertas de aceite de oliva en DIA (2,19€/litro) y en Alcampo (2,18€/litro) a precios totalmente injustificables, sobre todo en un contexto de muchos meses con precios de un aceite en origen para refinar en el entorno de los 2,90€/kg.

Qué ha pasado con aquel maravilloso acuerdo que se firmó en la sede del Ministerio de Agricultura en el 2014, en un acto en el que los máximos responsables de toda la cadena de valor del aceite de oliva acordaron trabajar juntos en la NO banalización del aceite de oliva, en defender su imagen en concordancia con sus innumerables propiedades saludables, en posicionar correctamente el producto en el lineal para que el consumidor pueda tener la información del producto de forma adecuada.

Han pasado dos años y aquel documento ha debido de perderse en el cajón del olvido cuando seguimos asistiendo de manera periódica a ofertas en los puntos de venta por debajo de los costes de producción.
Siempre es lamentable que se produzcan estos hechos, que ponen de manifiesto la falta de sensibilidad hacia el aceite de oliva, un producto alimentario emblemático de alto consumo; pero una vez sucedido, solo se pueden minorar sus nefastos efectos si la gran distribución actúa con inmediatez, claridad y solvencia.

La pelota está en el tejado de las Administraciones

‎Ante unos hechos tan palpables, como es la oferta de DIA, que incluso se sigue promocionando por televisión, la organización agraria COAG dio el paso de denunciar estos precios ante la Agencia de Información y Control Alimentarios, AICA, que de manera inmediata inició las actuaciones pertinentes para comprobar si se cumple la Ley de la Cadena Alimentaria. En esta misma línea también la AICA ha iniciado los requerimientos oportunos con Alcampo, solicitando facturas, etc. Si estas cadenas no respondiesen a las solicitudes, en el plazo de diez días, se tendrá que abrir un proceso de traslado a las Comunidades Autónomas según marca la legislación vigente.

En el caso de Alcampo el procedimiento se complica dado que la oferta promocional de la marca Abaco a 2,18€/litro fue inmediatamente retirada de la web oficial de la cadena al día siguiente de la denuncia de Coag.

Hasta este punto la AICA ha cumplido diligentemente con sus competencias. Pero el problema viene a partir de este punto, cuando son las distintas comunidades autónomas donde se ha producido la comercialización de dichos aceites las que tienen que intervenir para completar y poner la sanción correspondiente.

Sería muy importante que en todos estos casos, para impulsar y agilizar los expedientes, la administración central informase, sobre el estado de la investigación y cuando es transmitida la misma a las comunidades autónomas.

Un proceso administrativo que puede demorarse hasta 6 u 8 meses y del que en muchas ocasiones salen indemnes las empresas amparándose en la ley 3/1991 de Competencia Desleal, dado que, aunque la venta a pérdidas está prohibida, esta ley recoge algunas excepciones en las que supuestamente si se puedan realizar estas promociones.

Las administraciones tienen a su alcance limitar estos casos, lo primero es que se aclare con absoluta inmediatez quien es el que vende a pérdidas: la distribución o los envasadores. Así se cortaría la actual polémica, de paso se cortarían posibles ofertas que se estarían componiendo en este momento por otros distribuidores, y seguro que todos se lo pensarían un poquito más.

De momento la cadena DIA ha emitido un comunicado en el que afirma que ellos no están haciendo venta a pérdidas, pero no lo justifican. Desde Olimerca dudamos mucho que con esos precios no se le pueda llamar “venta a pérdidas”. Desde la redacción de la revista hemos podido acceder a información en la que el aceite de oliva comercializado a 2,19€/litro procedía de una “subasta a ciegas” (esas que tanto les gusta a la Gran Distribución) y que obliga a las industrias envasadoras a ajustar en exceso los precios para hacerse con un goloso contrato. Al final, y ante el importante volumen de aceite que se necesitaba para esta campaña promocional parece ser que fueron tres las empresas elegidas.

Y con estos hechos nos planteamos las siguientes preguntas:
      - ¿será DIA quién ha tirado los precios?,
      - o ¿será alguno de los tres fabricantes que consiguieron ser los envasadores de esta macro operación.

Por el aceite de oliva y por su buen futuro insistimos en que se aclaren inmediatamente estas prácticas.